COMO EL DISCÍPULO AMADO, ASÍ ES LA IGLESIA
¿Por qué honramos a María? Por muchas razones pero siempre lo principal es que al honrar a María seguimos el ejemplo de Dios y de su hijo Jesucristo, quienes la honraron. El ángel Gabriel portavoz de Dios, llevando el mensaje del Padre, le dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» (Lucas 1, 27)
Después cuando María visita a su prima, Isabel llena del Esíritu Santo le dijo:«Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? (Lucas 1, 42-43)
Las personas que verdaderamente están llenas del Espíritu Santo no tienen reservas para honrar a María. Además, Isabel era prima de María; probablemente se visitaban frecuentemente. Pero cuando Isabel se enteró de la identidad única de María su reacción fue como la de un católico, no como protestante. Tuvo un profundo sentido de reverencia en la presencia de la grandeza de María: ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? (Lucas 1, 43)Y Jesús la honró también. Él dice que no vino para destruir la ley, sino para cumplirla (Mt 5, 17-18 y Lc 16, 17). Jesús, siendo Dios cumplió perfectamente la Ley. Ahora, ¿cuál es el corazón de la ley?, los 10 mandamientos. Jesús los cumplió perfectamente. Y el mandamiento cuarto dice Honrarás a tu padre y a tu madre. El honró perfectamente a María. Jesús, aunque ahora glorificado, queda un hombre para siempre. Entonces él sigue siendo el Hijo de María. Por eso, la Iglesia católica, que ama tanto a Jesús, quiere seguir su ejemplo. Si Jesús la ama tanto, así la amamos nosotros. Qué tontería sería pensar que un amigo tuyo no pueda amar a tu mamá, porque esto disminuiría el afecto que él tiene por ti. Al contrario, si te quiere de verdad, te honra al amar a los que tu amas. Si en el Salmo 8,5 dice que al hombre, Dios: Apenas inferior a un dios le hiciste, coronándole de gloria y de esplendor, ¿por qué es difícil pensar que Dios no habrá hecho esto con María? ¡Quien sería la Madre del Hijo de Dios!
Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa. (Juan 19,26-27)
Jesús tuvo muchos amigos, pero uno era el discípulo a quien él amaba. Jesús sí ama a todos por igual, porque él es amor. Pero uno fue "el amado". Y a él Jesús entregó a su madre. Jesús ama a todos sus hijos, pero los que quieren ser como el "discípulo a quien él amaba", reciben a María también. Leemos en Mateo que el ángel del Señor le dijo a José que no temiera recibir a María (Mt 1, 20). ¿Tendrán los hermanos protestantes miedo de recibirla? En el capítulo 12 del Apocalipsis encontramos cuatro personajes en batalla que representan a grupos de pueblos y a personas específicas. La mujer con el hombre-hijo es María con Jesús. Juan (aludiendo a Génesis 3, 15) dice:
Entonces despechado contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús. (Apocalipsis 12,17)
Si tú "guardas los mandamientos" y "tienes el testimonio de Jesucristo, eres de la descendencia de María. Eres su hijo espiritualmente. Por eso, cuando Juan recibió a María como su mamá al pie de la cruz lo hizo en nombre de todos los que dan testimonio de Jesucristo y de toda la humanidad.
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